Con entusiasmo, decides crear tu sitio web con la ayuda de una empresa. Tras implementar correcciones y recomendaciones, ves tu sitio tal como lo soñabas. Incluso, logras que la empresa respalde algunas de tus suposiciones. Lleno de expectativas, esperas que el teléfono suene y tu correo electrónico se llene de oportunidades. Sin embargo, te enfrentas a una bandeja vacía, salvo por algunas promociones que no interesan.
Al explorar grupos y foros, te das cuenta de lo que falta: una presencia sólida en las redes sociales. Creas perfiles en Facebook e Instagram, pero las interacciones son mínimas. Entiendes que necesitas una estrategia más robusta.